TRASTORNADOS PERO NO PERTURBADOS

RESPICE POST TE. HOMINEM TE ESSE MEMENTO. MEMENTO MORI.











jueves, 19 de septiembre de 2013

DIOS EXISTE. EL TEOREMA DEL MONO.

Hace unos meses cayó en mis manos el libro DIOS EXISTE de ANTHONY FLEW, considerado durante buena parte del siglo XX como uno de los mayores filósofos ateos anglosajones. En la parte final de su vida, siguiendo los argumentos -como él mismo expone- hasta donde le llevasen, reconsideró su ateísmo y, de hecho, llegó a considerar como atrayente intelectualmente hablando la existencia de un Dios personal encarnado en su Hijo Jesucristo. Otro famoso intelectual británico victoriano converso al catolicismo, GILBERT KEITH CHESTERTON fue más directo y simple para establecer la existencia de Dios, afirmó que si Dios no existiese no existirían los ateos. Esto que parece un simple conflicto de conceptos, es, sin embargo, el compendio de ideas brutas provisto de una sutileza radical si cabe.

Para responder al porqué la vida no puede surgir de forma casual en el mundo, FLEW se apoya en "la refutación meticulosa por Gerry Schroeder de lo que llamó "el teorema del mono". Schroeder recurre a una analogia con un grupo de seis monos a los que se les dió un ordenador para que comprobar si golpeando su teclado durante un mes terminaban escribiendo un soneto de Shakespeare. Esto fue un experimento del British National Council of Arts; los monos fueron incapaces de escribir por azar la palabra más fácil en inglés un/uno/una ( espacio "a" espacio). "Si tenemos en cuenta que el teclado del ordenador tiene 30 caracteres (26 letras y otros símbolos), la probabilidad de conseguir una palabra de una sola letra es 30 veces 30, es decir, de una entre 27.000.

Schroeder aplicó a continuación el cálculo de probabilidades al soneto de Shakespeare. "¿Cuál es la probabilidad de conseguir por azar un soneto de Shakespeare?, perguntó. Y continuó:

Todos los sonetos tienen la misma extensión. Constan, por definición, de 14 versos. Escogí el soneto cuyo primer verso recordaba de memoria: " Shall I compare thee to a summer's day? {¿Te recordaré a un día de verano?}. Conté el número de letras; resulta que hay 488 letras en ese soneto. ¿Cuál es la probabilidad de obtener las 488 letras en la secuencia correcta (...) tecleando al azar?. Es preciso multiplicar 26 por sí mismo 488 veces: 26 elevado a la 488 potencia. O, dicho de otra forma, en base 10, 10 elevado a 690.

Ahora bien, el número de  partículas del universo -no el número de granos de arena, sino el de protones, electrones y neutrones- es de 10 elevado a 80. Diez elevado a 80 es un  1 seguido de 80 ceros. Diez elevado a 690 es un 1 seguido de 690 ceros. No hay bastantes partículas en todo el universo para agotar las apuestas {los ensayos necesarios para escribir el soneto por casualidad}; el universo se queda corto en un factor 10 elevado a 600.

Si tomáramos todo el universo y lo convirtiésemos en chips de ordenador -olvidémonos de los monos- cada una de los cuales pesara la millonésima parte de un gramo, y cada chip fuera capaz de hacer 488 intentos a una velocidad, digamos, un millón de veces por segundo; si transformáramos todas las partículas del universo en tales microchips, y estos chips escribieran letras a azar un millón de veces por segundo, el número de intentos que habría habido tiempo de realizar desde el comienzo de los tiempos habria sido de 10 elevado a 90. De nuevo, nos estaríamos quedando cortos por un factor de 10 elevado a 600. Nunca se podría conseguir un soneto por casualidad. El Universo tendría que ser 10 elevado a 600 veces más grande de lo que es. Y, sin embargo, la gente cree que los monos pueden conseguirlo cada vez "

FLEW añade. "Si el teorema no funciona para un solo soneto, entonces, por supuesto, es simplemente absurdo sugerir que algo mucho más difícil que escribir un soneto -la aparición de la vida- pueda haberse producido por casualidad".
 
El gran científico y aparentemente desfalleciente ser humano STEPHEN HAWKING escribió en su best seller "UNA BREVE HISTORIA DEL TIEMPO": "Si descubrimos una teoría completa, esta debería, al cabo de un tiempo, resultar comprensible para todos, no solo para unos cuantos científicos. Y entonces todos -filósofos, científicos y gente común- podremos participar en el debate sobre por qué existimos nosotros y por qué existe el universo. Si encontramos una respuesta a eso, estaríamos ante el triunfo máximo de la razón humana, pues entonces podríamos conocer la mente de DIOS".


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