Contaba el padre jesuita indio Athony de Mello que un naúfrago solitario se estaba ahogando perdido en la inmensidad del océano, pero el naúfrago era más grande que el océano, porque el naúfrago sabía que se moría y el océano no sabía que lo mataba.
En los Evangelios lo leemos de otras maneras: "El que quiera seguirme que se niegue a sí mismo"....despertar a la conciencia, al yo inmutable.
Sólo la Verdad os hará libres. No lo digo yo.
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