TRASTORNADOS PERO NO PERTURBADOS

RESPICE POST TE. HOMINEM TE ESSE MEMENTO. MEMENTO MORI.











jueves, 16 de enero de 2014

EL HOMBRE ES UN LOBO PARA EL HOMBRE

“LUPUS EST HOMO HOMINI, NON HOMO, QUOM QUALIS SIT NON NOVIS” “El hombre es un lobo para el hombre, no un hombre, cuando desconoce quién es el otro” Tito Macio Plauto. Hoy “alguien” ha decidido matar a una mujer que reclame el derecho al aborto. Ese “alguien” ha decidido que su derecho a no reprimir sus ansias de ser libre y su derecho a encontrarse a gusto es más importante que el derecho a la vida de esa mujer. Es escandaloso. Porque la mujer piensa, siente y tiene conciencia. Pues entonces “alguien” tiene que matar también a las personas en estado vegetativo irreversible e incluso a los enajenados, porque resulta que “alguien” además de ser libre quiere ser tan coherente como la sociedad en la que vive, así que matará también al que no piense como él. Le gusta sentirse magnánimo y tiene un gran sentido de la justicia. Cuidado con eso porque la mujer es bella y atrayente y, además, tiene una mirada preciosa. Suma y sigue, “alguien” tendrá que matar también a los feos, los deformes y todos los que presenten taras, minusvalías y cualquier defecto que los pueda hacer físicamente poco atractivos e incluso repugnantes y ya puestos, matará también a las mujeres que resulten poco atractivas. Pero la mujer tiene toda la vida por delante para poder ejercer la maternidad, para construir una familia o para tener otros hijos. Bueno, “alguien” matará también a todas las mujeres ancianas y, en general, a las estériles y menopáusicas porque su derecho a sentirse bien, a ser libre y sus ansias de coherencia son inmensas y, dado que los enfermos terminales no tienen “toda una vida por delante”, también los matará. Le gusta sentirse compasivo y ser buena persona. Ya, pero es que la mujer es un ser humano acabado. Está bien, “alguien” eliminará también con todos los seres humanos en su estado de gestación y con los que hayan nacido con faltas de desarrollo y, por qué no, con los que no se sientan realizados, los que fracasen, los no alineados, los excluidos e incluso con los que estén tristes y deprimidos ya que lo que nos hace falta es mucha alegría, mucho éxito y lozanía. Le gusta ser admirado por su valentía en la defensa de los derechos fundamentales de quienes los tienen. ¿No te parece que “alguien” es un genocida que si lleva hasta las últimas consecuencias sus intenciones extermina al género humano? ¿Puede ser un ejemplo a seguir en cualquier caso? ¿”Alguién” sigue el camino kantiano del imperativo categórico que llama a obrar de tal modo que se use la humanidad, tanto en una persona como en la de cualquier otro, siempre como un fin, y nunca sólo como un medio? ¿Lo sigue la mujer abortista a la que quieren matar? Hemos llegado al principio por la propia paradoja de lo desordenado. En eso consiste el aborto, un genocidio movido por la soberbia, el miedo, la falta de respeto por uno mismo y por los demás, la falta de capacidad para asumir la propia responsabilidad y la alteridad compartida del otro y, en definitiva, una falta de caridad y compasión que hacen del hombre un lobo para el hombre cuando, precisamente, desconoce quién es el otro.

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